Los diarios por mes:

lunes, 6 de febrero de 2017

En el pedir...

El pedir las cosas siempre es truculento. Sabemos que hacer favores normalmente es una molestia, por lo que no queremos sonar demasiado exigentes. Hasta ahí todo bien pero hay personas que exageran y resultan más molestas al pedir las cosas que al dar órdenes. Antes de seguir quisiera aclarar que estoy conciente que esto es puramente subjetivo y que es posible que a nadie más le moleste.
Para empezar, las personas que ponen un preludio largo e innecesario a la hora de pedir algo. Como: “Oye ¿Te puedo pedir un favor?” a veces yo pido las cosas así, pero no deja de parecerme una colosal pérdida de tiempo. ¿Cuál es el plan detrás de esta pregunta? El anunciar algo no vuelve el favor menos molesto o menos importante. Daría lo mismo decir: “Oye, te voy a pedir un favor en tres… dos… uno… ahí va...” Creo que la gran estrategia que hay al pedir las cosas así, es tentar a la curiosidad del interlocutor. Ese parece ser el plan de ataque:
-Oye ¿Te puedo pedir algo?- y el otro va a pensar: “Oh por Dios, no quiero hacerle ningún favor, pero si digo que no, nunca sabré lo que quería pedirme en primer lugar”.

Aunque puede ser que el ardid sea poner al interlocutor en una posición un tanto incómoda, implicando que es un grosero al decir que no inmediatamente:
-Oye ¿Te puedo pedir algo? - El otro piensa: “Pues de poder puedes, preferiría que no lo hicieras, pero si digo que no, todos a mi alrededor dirán que soy un descortés, que ni siquiera me espero a escuchar cuál es el favor antes de decir que no. Mejor será que diga que sí.”
En fin, la verdad no termino de entender la razón de pedir permiso para pedir un favor, antes de pedir un favor. Uno termina pidiendo dos favores en vez de uno solo.

Un de esos hábitos de pediche de clóset que me molesta sobremanera es el de decir “por favorcito” “porfis” “please” y demás variantes. Se me hace una grosería que me pidan las cosas así. “Oye ¿Me podrías prestar dinero, Porfavorcito?” ¿En qué momento nos convencimos de que el poner “favor” en diminutivo vuelve al favor menos engorroso? Un favor, no se vuelve más pequeño porque alguien les puso un “ito” al final de la palabra. Es como si fuéramos a una tienda y viéramos que un artículo está en oferta: De costar cien pesos, ahora cuesta cien pesitos. Me pregunto si esas personas que piden las cosas de “por favorcito” o de “porfis” de verdad caerían en la trampa.
De la palabra porfis sólo voy a decir que es admisible, si  y sólo si, el que la dice tiene menos de doce años, bueno tal vez si uno no habla español de lengua materna y alguien más le dijo que así se piden las cosas…
El please es el mismo efecto, sólo que además te pone el peso de ser alguien que necesita dárselas de culto y de bilingüe. Como el inglés no es la lengua nativa de aquí, las palabras en ese idioma no van a tener el mismo peso que las palabras en español. El please suena como un “por favor” con paliativos para que no suene tan pesado. Porque no comparte genética con el español, suena a palabra extranjera y por ello, no tan firme. Funciona con otras palabras, las palabras en otro idioma son buenos eufemismos porque hacen referencia a lo mismo, pero suenan inocuas. Por ejemplo la palabra boob, stalker, bullying...
Además, con lo anglófilos que somos en este país, hay gente que cree que el mezclar palabras en inglés, les da un velo de elegancia o de sofisticación. Cuando alguien me pide algo y luego dice please, en vez de la palabra en inglés estoy escuchando un “necesito que oigan lo bien que conozco el inglés para sentirme persona de mundo”.
La última de esta lista, aunque está lejos de ser la última de las opciones posibles, que quede claro, es cuando te dicen “No seas malito”. Creo que mi párpado inferior derecho se mueve independientemente cuando escucho esa expresión. Esta es casi un chantaje, además de que pides un favor, haces un patético intento de hacerme sentir mal si no te concedo lo que sea que estés pidiendo:
“Si no me haces este favor, entonces vas a ser malo, pero como yo no soy tan hijo de perra como tú, que no me haces el favor, entonces te digo malito. Porque arriba los diminutivos”.