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jueves, 6 de abril de 2017

Cosas que hacen que la gente colapse o "Crashee"

Cuando un programa de computadora deja de funcionar sin razón aparente, que se queda sin hacer nada y sale una ventanita que te dice que tu software ha colapsado (por así decirlo) se dice que “crasheó”. Porque así se dice en inglés y aquí se es anglófilo hasta la muerte.  A menudo un programa colapsa porque le das más instrucciones de las que puede ejecutar o tal vez hay una orden en particular que no puede procesar.
Por lo mismo me gusta mucho cuando ese término (colapsar o crashear) se usa para referirse a una persona que, dado a cualquier circunstancia, se queda con la boca abierta, viendo al infinito y con sus ojos trémulos como si hiciera cuentas en su cabeza. A los humanos nos pasa eso porque nos ponen una operación muy difícil, o porque nos rompen la rutina de una manera tan abrupta que es como si nos quitaran el piso de los pies. He aquí unos ejemplos:
¿Sin bolsa?
Una vez fui al supermercado y me llevé mi bolsita de tela. Cuando me formé en las cajas, noté que la señora estaba lista y entrenada para recibir los productos y de inmediato empacarlos en bolsas de plástico que después depositaba en el carrito de supermercado junto a ella para que los clientes salieran de la tienda lo más pronto posible. En este caso, estaba yo pagando, y como tenía mi bolsa de tela, volteé a ver a la señora y le dije “Sin bolsa está bien”. La señora me miró y miró las bolsas de plástico dobladas y distribuidas al lado de ella. No supo qué decir, no supo qué hacer. Sólo preguntó, como para cerciorarse de que escuchó bien “¿Sin bolsa?” Le respondí: “Así es” y ella quedó perpleja, con la mirada perdida. No dijo nada más y la pareja que estaba detrás de mí, cuando yo terminé de pagar, tuvo que despertarla de su ensoñación con un “Buenas tardes” y fue entonces que la señora de las bolsas de plástico volvió en sí y reanudó su labor de embolsar las cosas. Fue como si su mundo hubiera parpadeado. 


¿Un agua?
No confundir con cuando vas a un restaurante y pides un vaso de agua, y además de corregirte y decir “un vaso con agua” te traen una botella nada más para que tengas que pagar. A l o que me refiero en este caso es que un día fuimos a una de esas tiendas grandototas que venden todo en paquete, de esas en las que necesitas tener una credencial o membresía. Creo que ya saben a cuáles me refiero. En fin, una vez pasamos a comprar una pizza grande, por fin pasamos con la señorita que nos atendió y nos preguntó si queríamos refrescos. Como éramos un grupo grande pedimos varios vasos pero un amigo y yo pedimos agua natural. Parecía como si le hubiéramos puesto en la encrucijada de su vida, la pobre señorita no sabía qué hacer. Apenas pudo articular: “Casi no nos piden eso”. Me la imaginé teniendo que llamar a su gerente, y después al gerente preguntándonos si era ésta una broma… 



Fue sumamente chistoso pero tardaron mucho en traernos nuestra pizza. Además tuvimos que comprar el agua en otro lado.